La ciudad de Punta del Este, que pertenece al departamento de Maldonado, se ubica en el extremo sureste de Uruguay sobre una larga península de arena, bosque y piedra que le ha dado nombre. Es uno de los centros turísticos más importante y elegidos del país por miles de visitantes de todas las edades y nacionalidades. Sinónimo del jet set internacional, de la buena vida y el buen gusto, Punta del Este es uno de los lugares en el mundo a los que siempre se quiere volver, quizá porque sus hermosas playas son el destino perfecto para quien decide ir en busca de sol, arena blanca, bosque, aguas claras y mucho glamour.
De clima templado, con temperaturas de entre 25 y 32º C en verano, y con fríos que no superan los 0º C durante el invierno, Punta del Este reúne las expectativas climáticas para disfrutar tanto del calor como del frío.
Ubicada a sólo 130 kilómetros de Montevideo, la ciudad costeña se encuentra comunicada con el resto del país por un sistema de transporte moderno que incluye aeropuertos, puerto de yates, autobuses, taxis y remises, que permiten al visitante trasladarse por la ciudad y sus alrededores en cuestión de minutos.
Punta del Este se divide en dos partes que, aunque opuestas, no dejan de formar parte del mismo lugar: la playa Mansa y la playa Brava.
La Mansa, de aguas más calmas por encontrarse del lado del Río de La Plata, está protegida de los vientos oceánicos que provocan olas rebeldes sobre las costas de La Brava. En esta última se puede ver la famosa escultura de “La mano sobre la arena“, realizada en 1982. Sofisticada y natural, Punta del Este posee una rambla, casas suntuosas, edificios modernos, las marcas más lujosas, las personalidades top, los mejores restaurantes y los hoteles de mayor categoría.
Su avenida principal, más reconocida y renombrada, es “la Gorlero”, la cual se convierte día y noche en una glamorosa pasarela por la que circulan miles de visitantes que la caminan sin perderse detalles.
En la plaza Artigas, otro lugar emblemático para encontrarse al atardecer, numerosos stands de artesanos exponen sus bellísimos productos realizados en piedra, vidrio, madera y otros materiales.
En los alrededores del sur de Punta del Este, aparecen lugares realmente bellos como Portezuelo, Solanas y Punta Ballena, donde se puede visitar “Casapueblo“, una obra maestra majestuosa realizada por el escultor uruguayo Carlos Páez Vilaró. Además de funcionar el lugar como hotel, es un museo-atelier donde se realizan numerosas exposiciones de pinturas, cerámicas y esculturas.
Esta vez para el Norte, otro sitio para visitar es la Isla de Lobos, ubicada frente a la playa Brava. Allí, además de un gran faro, se puede observar la colonia más grande de lobos marinos de América del Sur.
Punta del Este lo tiene todo; no por nada mundialmente se la conoce como la “perla del Uruguay”, un apodo que desde su creación se ha ganado con total justicia. Cada día, la ciudad está más linda.
Piriápolis
Ubicada a 60 kilómetros de Atlántida, a 130 kilómetros de La Paloma y a tan sólo 35 kilómetros de Punta del Este, la ciudad de Piriápolis tiene como eje principal la rambla de Los Argentinos y la avenida Costanera Francisco Piria, quien fue su fundador y uno de los vecinos más ilustres de la ciudad.
Sus playas se ubican a lo largo de una franja de 25 kilómetros de costa, desde los arroyos Solís hasta el hito de Punta Negra. Todas ellas, de blancas arenas y aguas limpias, reciben cada verano infinidad de turistas uruguayos, argentinos y europeos que se acercan a conocer este paraíso.
La capilla de San Antonio es uno de los atractivos que el visitante no puede dejar de conocer durante su estadía en Piriápolis. Presenta una vista maravillosa y se puede llegar a ella a través de las aerosillas que suben desde el puerto o bien en vehículos por un camino que trepa hasta lo más alto del cerro y ofrece panorámicas únicas de la ciudad, imborrables de noche.
Para los amantes de la pesca deportiva, además del puerto local y sus escolleras existen puntos como Punta Fría, Punta Colorada y Punta Negra, ideales para pescar corvinas y pejerreyes, ya que son formaciones rocosas que se convierten en magníficos pesqueros cuando sube la marea.